Un total de 12 jóvenes se trasladaron desde Dresde (Alemania) a Valencia entre los meses de octubre y noviembre.

Durante tres semanas, estos jóvenes apasionados por el arte de peinar y explorar nuevos looks, se trasladaron al corazón de nuestra comunidad autónoma, a poner en práctica todo lo aprendido en su formación. Fue a través de la Cámara de Artesanía de Dresde – Handwerkskammer (HWK) que tuvieron la oportunidad de disfrutar de unas calurosas semanas otoñales, en Valencia, sintiéndose agradecidos por el buen tiempo en comparación a su país de nacimiento.

Los estudiantes alemanes de peluquería pudieron adentrarse en distintas peluquerías de renombre en la ciudad para continuar su formación.
Gracias a la Cámara de Artesanía de Dresde estos talentosos futuros peluqueros y peluqueras tuvieron la oportunidad de demostrar su destreza, habilidades y formación, y así dar rienda suelta a su creatividad y originalidad.
Valencia se convirtió en el trampolín perfecto para que estos profesionales pudieran exhibir su talento en un escenario local; a pesar de que no manejan el español tan bien como los peines y tintes, eso nunca es un impedimento para que las clientas queden profundamente satisfechas con su trabajo.

Al contar con una amplia selección de empresas colaboradoras, cada una con su propio estilo y enfoque único, pudimos distribuir a los aprendices en aquellos salones que más se adaptaban a sus especialidades.
Entre algunos de los salones que recibieron a nuestros jóvenes talentos, se encuentra Eseene, que cuenta también con una academia de peluquería, barbería, maquillaje… y ofrecen cursos de formación.
Tres chicos del grupo, Tim, Omar y Denni, tuvieron la oportunidad de aprender de la mano de sus excelentes profesionales; siempre es un placer colaborar con ellos.
Debajo de estas líneas podemos ver a Lucy en De Sancho Estilistas, a Thyra en Valencia Peluqueros o a Luisa en Heisei Peluquería y Bienestar, algunas de las chicas de nuestro grupo de peluquer@s.



La experiencia en general, gratificante y positiva siempre para ambas partes, tanto tutores como aprendices, hace que a veces incluso algún maestro o maestra de la peluquería se planteé contratar a los jóvenes en prácticas, debido a su soltura con la tijera. Pero lamentablemente, a pesar de su buena mano y ganas de trabajar, deben volver a Alemania para acabar su formación.
Aunque, quién sabe, ¡quizás vuelvan pronto por aquí con un contrato de trabajo!
